La vendimia 2025 en Oria Toscana fue un fiel reflejo de nuestra filosofía: menos cantidad, más calidad. Un año en el que el clima, el trabajo humano y las decisiones conscientes del equipo marcaron la diferencia.
El 2024 había sido un año generoso: lluvias en los meses clave —junio, julio y agosto— dieron lugar a racimos más grandes, con bayas jugosas y equilibradas.
El 2025, en cambio, presentó un escenario distinto:
Lluvias abundantes al inicio del ciclo vegetativo.
Sequía marcada en junio, julio y agosto, justo cuando la uva más necesitaba agua.
Esto se tradujo en racimos más pequeños, con menor peso por el bajo contenido de agua, pero con una concentración superior de aromas, azúcares y polifenoles. Una uva menos voluminosa, pero perfecta para grandes vinos.
El resultado de la vendimia fueron 60 quintales de uva Sangiovese cuidadosamente seleccionada. Cada racimo se recogió a mano en cassetta, garantizando que solo la mejor fruta llegara a nuestros depósitos.
Logística: 2 camioncitos + el tractor de Oria.
Método: cosecha manual, descarga en cajones.
Equipo humano: 18 personas involucradas.
Esfuerzo total: cerca de 100 horas de trabajo.
En línea con nuestra filosofía de respeto por la naturaleza y búsqueda de excelencia, este año decidimos:
Dejar en el viñedo los filares de uva blanca, destinados al futuro aceto balsámico.
Ceder a la fauna local —faisanes, liebres, puercoespines y aves— parte de la uva más baja, cercana a vallas y al fondo del valle.
Seleccionar manualmente los racimos de mayor calidad en campo.
El resultado fue una uva más pura, auténtica y expresiva.
2024: racimos más grandes, más jugo, gracias a lluvias oportunas.
2025: racimos más pequeños, menos peso, pero más concentración y calidad.
En otras palabras: menos cantidad, más esencia.
De esta vendimia surgirán vinos con:
Mayor estructura.
Taninos más firmes.
Intensidad aromática y complejidad que invitan a la guarda.
Serán la base de las próximas ediciones de Oria Big Blend y del esperado Riserva “Cloni”, viñedo diseñado bajo la secuencia de Fibonacci.
La vendimia 2025 nos recuerda que el vino es un espejo de la tierra y del tiempo. Una síntesis entre la fuerza de la naturaleza y el trabajo humano. Cada racimo recogido no es sólo fruto de la vid, sino también de un sueño compartido: crear excelencia, belleza y legado en cada botella.