El pasado martes 4 de noviembre, Oria Toscana celebró en Buenos Aires una noche verdaderamente inolvidable con motivo del Día Mundial de la UNESCO, una fecha que conmemora la entrada en vigor de su Constitución en 1946 y que invita cada año a reflexionar sobre la importancia de proteger el patrimonio cultural que une a las naciones.
Bajo ese espíritu, nos reunimos para rendir homenaje a uno de los legados más universales de la humanidad: el vino como expresión de cultura, historia y naturaleza.
Un viaje sensorial por los paisajes del vino
Durante la velada, los invitados recorrieron, copa en mano, algunos de los paisajes vitivinícolas más emblemáticos del mundo:
las suaves colinas de Toscana y el Val d’Orcia, cuna del Brunello di Montalcino y hogar de Oria;
las tierras de Langhe, Roero y Monferrato, donde nacen el Barolo y el Barbaresco;
los viñedos de Borgoña y Champagne, íconos del refinamiento francés;
el Valle del Duero portugués, origen del Oporto;
el Valle del Rin alemán, patria del Riesling;
y finalmente, nuestra Quebrada de Humahuaca, donde los viñedos de altura reinterpretan el paisaje andino ancestral.
Cada copa fue una puerta abierta a la memoria y al territorio, recordándonos que el vino, más que una bebida, es un lenguaje común entre culturas.
Historias, aromas y emociones compartidas
El encuentro reunió a socios de Oria Toscana, quienes compartieron anécdotas vividas en la finca —desde caminatas entre viñedos hasta encuentros con la esencia de la Toscana— junto a nuevos invitados que se acercaron a conocer de cerca el proyecto.
Entre charlas, risas y brindis, se tejió una atmósfera cálida y genuina, donde cada historia reforzaba el sentido de comunidad que inspira a Oria.
El sommelier Emiliano Stratico, reconocido internacionalmente, nos acompañó en un recorrido sensorial que despertó todos los sentidos. Con su maestría, guió a los presentes a descubrir los matices de cada vino, su origen y su alma.
Sabores que expresan identidad
Cada detalle buscó reflejar el espíritu de Oria Toscana: la conexión entre la tierra, la cultura y la excelencia artesanal.
Como parte de la degustación, compartimos con orgullo los productos elaborados para nuestros socios:
Un brindis por lo que nos une
Más que un evento, fue una celebración del encuentro: entre personas, territorios y valores compartidos.
En el corazón de Buenos Aires, por una noche, el espíritu de la Toscana se hizo presente, recordándonos que cada copa de vino puede ser también una expresión de arte, historia y pertenencia.
Oria Toscana agradece a todos los que fueron parte de esta experiencia, y renueva su compromiso con la creación de un legado que une cultura, naturaleza y placer.