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8 tips que te ayudarán a conservar tus vinos

La guarda es una de las costumbres más antiguas de la cultura del vino. Luego de años en botella, en condiciones adecuadas de guarda y  asi sin contacto con oxígeno, el vino se transforma en un producto más integrado, complejo, profundo y elegante; en una bebida mucho más singular, incluso entre las botellas que llevan su misma etiqueta e igual añada.

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1-No todos los vinos necesitan guarda

Vinos Jóvenes VS Vinos de Guarda:

Los vinos jóvenes son aquellos que se comercializan poco tiempo después de su elaboración. Se caracterizan por su frescura y vivacidad. Estos vinos suelen ser ligeros en cuerpo y presentar una acidez refrescante, lo que los convierte en opciones ideales para consumir de manera inmediata.

Una de las principales características de los vinos jóvenes es su expresión frutal intensa. Al no haber estado en contacto con madera u otras formas de crianza o añejamiento, conservan en mayor medida los sabores primarios de las uvas utilizadas en su elaboración. Esto se traduce en notas de frutas frescas, como frambuesas, cerezas, cítricos o frutas tropicales, dependiendo de la variedad de uva. En consecuencia, los vinos jóvenes no fueron creados para evolucionar por lo que no mejorarán con el tiempo y no necesitarán guarda.

2-Los vinos de guarda

Por otro lado, los vinos de guarda son aquellos que requieren un periodo de crianza y estiba para ser consumidos. Estos vinos se caracterizan por su complejidad y estructura. En general desarrollan su elegancia y alcanzan su esplendor con el paso del tiempo, tanto en barricas de roble como en la botella. Durante su periodo de guarda, estos vinos experimentan una serie de cambios químicos y físicos que les otorgan una mayor profundidad y complejidad aromática. Los taninos provenientes de la vid y de la madera se suavizan, permitiendo que los sabores se integren y se desarrollen con el tiempo. A medida que evolucionan, los vinos de guarda suelen adquirir notas de especias, cuero, tabaco, vainilla y otros aromas provenientes del roble.

3-Temperatura constante:

Guardar un vino a temperatura ambiente no siempre es la mejor idea, especialmente en lugares cálidos o cuando se superan los 20 grados. Lo ideal es conservarlo en un lugar con temperatura constante que esté entre unos 8o y 15o.

4-Ambiente oscuro y sin ruido:

Lo ideal es guardarlo en trasteros subterráneos, patios interiores e, incluso, armarios donde el ambiente esté protegido del exterior. La temperatura deberá permanecer constante y el ambiente estar libre de ruidos, olores, movimientos y vibraciones.

5-En posición horizontal:

Las botellas de vino deben descansar acostadas; nunca paradas. Esto es porque el líquido tiene que humedecer el corcho para que este no se seque.

6-Humedad:

Otro factor a tener en cuenta es la humedad. Si el aire es demasiado seco, el corcho se reseca y se vuelve poroso. Por ahí puede haber filtraciones de producto, mayor intercambio de oxígeno y una indeseable absorción de olores invasivos. Lo ideal es una tasa entre 60 y el 80% de humedad.

7-Los espumantes

Se guardan de igual manera que los vinos tranquilos, la única diferencia es que éstos se pueden guardar en posición vertical.

8-Cómo guardar un vino abierto

Si se cuenta con una bomba de vacío vacuum es posible quitarle el oxígeno a la botella y conservarla tapada en muy buenas condiciones por hasta 5 días. Si no se cuenta con este aparato lo más indicado es colocarle el corcho y guardarla en el sector más bajo de la puerta de la heladera, donde conservará sus propiedades por hasta 3 días.

 

Si no acostumbrás a almacenar mucho vino o simplemente no tenés lugar o recursos para una vinoteca, es importante que intentes seguir estas recomendaciones. Ya verás como tus botellas se mantienen en buen estado, permitiéndote disfrutar del vino sin preocupaciones.

Ya sabés: almacenar bien el vino hoy nos garantiza la mejor experiencia mañana.